martes, 15 de diciembre de 2009

Inicios de la Psicología en Venezuela.

Con relación a los psicólogos, Venezuela cuenta con aproximadamente 5.800 profesionales, de los cuales alrededor del 75% están activos.

Como cualquier otra disciplina científica, el desarrollo de la Psicología en Venezuela está muy ligado al ámbito académico y es en 1946 cuando ésta empieza a dar sus primeros pasos teniendo como escenario las aulas del Instituto Pedagógico de Caracas. El Dr. Eugenio González, filósofo, ex Ministro y ex Rector de la Universidad de Chile, que para la época estaba residenciado en nuestro país, dicta los primeros cursos de psicología en esa casa de estudios. Lo acompaña en su tarea el prof. Francisco Del Olmo quien, a través de un Curso de Psicotecnia, entrena a algunos profesores de esa Institución en el manejo adecuado de pruebas psicológicas.

Dos años más tarde, en 1948, el Consejo Venezolano del Niño (institución encargada de la atención de la población infantil venezolana) organiza el curso "Técnicas de Observación Psicológica", donde se entrenaba a maestros y bachilleres en la aplicación de test psicológicos, este curso tenía una duración de dos años y se entregaba un certificado de aprobación.
En 1950, como una dependencia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela, inicia sus actividades el "Instituto de Psicología y Psicotecnia" dirigiendo sus esfuerzos hacia el campo de la orientación vocacional y la organización de los estudios de psicología a nivel universitario en el país.

Para esta misma época, en la ciudad de Mérida (situada a 682 km. de Caracas) se crea el "Instituto de Psicosíntesis", dirigido por Oliver Brachfeld, alemán discípulo de Adler, quien en el período 53-55 ocupó la presidencia de la Sociedad Interamericana de Psicología (SIP).
Los estudios formales de la disciplina se inician en el año 1956 cuando en la Facultad de Humanidades de la Universidad Central de Venezuela se crea la Sección de Psicología que posteriormente se convierte en Escuela de Psicología, siendo su primer director el Prof.Guillermo Pérez Enciso. Un año más tarde, en la Universidad Católica Andrés Bello (primera universidad privada del país), se crea la Escuela de Psicología.

Posteriormente, en el año 1978, se crea una tercera Escuela de Psicología, esta vez en la Universidad Rafael Urdaneta de la ciudad de Maracaibo, situada a 706 km. de Caracas. Para este mismo año, el Dr. Oswaldo Romero García (Licenciado en Educación con un Doctorado en Psicología Social) funda en la ciudad de Mérida, un Laboratorio de Psicología adscrito a la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes y cuya principal línea de investigación ha estado constituida por el estudio de las variables motivacionales asociadas al rendimiento académico.

jueves, 19 de noviembre de 2009

LA PSICOLOGÍA JURÍDICA EN VENEZUELA.

La Asociación fue fundada en el año 2000, está integrada por psicólogos y abogados. Su Presidente es el Dr. Luis A. Lugo Madriz (psicólogo, abogado, profesor universitario y juez) y el cargo de Secretaria Ejecutiva, lo desempeña la Dra. Miryam Rivas Pérez, ambos miembros fundadores (psicóloga, abogada, profesora universitaria).

La Asociación fue creada con la finalidad de difundir los beneficios de la Psicología Jurídica en el quehacer de las Ciencias Jurídicas, a través de foros, charlas, seminarios, medios de comunicación, contactos internacionales y nacionales. Previo a la creación de la Asociación Venezolana de Psicología Judicial, en la Escuela de Psicología de la Universidad Central de Venezuela, bajo el amparo del Departamento de Psicología Clínica, en el año 1998, se organizó como asignatura electiva del pensum de estudios de la Escuela la asignatura Psicología Jurídica.

Esta asignatura se ha dictado ininterrumpidamente, tanto en los semestres pares como en los impares, desde el año 1998 hasta los actuales momentos; la cátedra está a cargo de los profesores Luis A. Lugo M. y Miryam Rivas P.

La Asociación y la Cátedra, han realizado actividades de extensión, no sólo dentro del ámbito universitario (Cátedra de Prácticas Jurídicas) sino en el país (Defensoría del Pueblo, Ministerio Público y Tribunal Supremo de Justicia). En el año 2001, se celebraron las I Jornadas de Psicología Jurídica.

La Cátedra fue creada, en el año 1998, bajo el patrocinio del Departamento de Psicología Clínica de la Escuela de Psicología de la Universidad Central de Venezuela. La asignatura se ha dictado ininterrumpidamente, desde 1998 hasta los momentos actuales, tanto en los semestres impares como en los pares.

La Cátedra está a cargo de los profesores Miryam Rivas P., profesora con escalafón de agregado, y Luis A. Lugo Madriz, profesor invitado; la cátedra se dicta en dos niveles: Psicología Jurídica I y Psicología Jurídica II. Las asignaturas, en principio, se crean para los estudiantes de pregrado de la Escuela Psicología, con el objeto de dar a conocer lo que es la Psicología Jurídica, la conjunción de dos (02) saberes: Psicología y Ciencias Jurídicas; y para ampliar el horizonte teórico y laboral de los estudiantes. Con posterioridad, a partir del año 2001, se oferta para estudiantes de otras escuelas de la misma facultad (Facultad de Humanidades y Educación) y para otras facultades de la universidad. Desde el año 2000, en calidad de curso de extensión se reciben cursantes, funcionarios profesionales (abogados, psicólogos, sociólogos y trabajadores sociales) del Ministerio de Justicia.

El temario de la asignatura Psicología Jurídica I, es amplio, tiene como finalidad, ubicar al cursante en el concepto de Psicología Jurídica, sus objetivos, sus características, su diferencia con ramas afines y el temario que aborda. La asignatura Psicología Jurídica II, desarrolla en profundidad algunos de los temas enunciados en Psicología Jurídica I, entre ellos: Violencia Intrafamiliar, Violencia Infantil, Violencia contra la mujer, Victimología, Juicio Oral, Medios Probatorios (la confesión, el testimonio), entre otros.

En una segunda Asamblea, convocada para elegir nueva Junta Directiva, ésta quedó constituida de la siguiente manera: Presidente, Dr. Luis A. Lugo Madriz; Vicepresidente, Lic. Gilberto Aldana (psicólogo clínico); Secretaria Ejecutiva, Dra. Miryam Rivas Pérez; Tesorera, Lic. Consuelo Arias (teóloga y educadora) y Bibliotecario, Lic. Hammerly Carrión (psicólogo clínico).

La Asociación Venezolana de Psicología Judicial entre sus objetivos se plantea la difusión de la Psicología Jurídica a través de foros, charlas, seminarios, talleres, jornadas, asesorías, relaciones con los medios de comunicación, contactos internacionales y nacionales, cursos de postgrado (especialidad, ampliación, diplomado, maestría) y la realización de eventos científicos anuales.
En el año 2001, la Cátedra de Psicología Jurídica y la Asociación Venezolana de Psicología Judicial se planteó organizar un evento divulgativo a nivel nacional, de allí se organizan las I Jornadas de Psicología Juíridica, para el año 2002, las cuales se efectuaron los días 16 y 17 de Mayo, en la Sala de Conciertos de la Universidad Central de Venezuela.

Para la realización de las mismas, se contó con el patrocinio del Decano de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela, Profesor Benjamín Sánchez Mujica; de la Dirección de la Escuela de Psicología, bajo la dirección del Profesor Jesús Sánchez,; con la Coordinación de Extensión de la Facultad de Humanidades y Educación y con la Coordinación de Extensión de la Universidad Central de Venezuela. Y finalmente, con empresas como Fama de América.


Los temas tratados fueron:
violencia intrafamiliar, violencia contra la mujer, violencia infantil, drogas y victimología. Se contó con los siguientes ponentes: Dr. Ramón Colina, Dra. Aminta Parra, Lic. Catrin Ramírez, Lic. Elba García, Lic. Sonia Bracamonte, Lic. Yurbín Aguilar, Dra. Ofelia Alvarez, Dra. María Cristina Parra, Dr. María Josefina Ferrer, Dr. José Gregorio Flores, Dra. Gusmar Rincón, Dr. Gerardo Briceño, Lic. Paulo Wankler, Lic. María Méndez, Lic. María Nieves y el Dr. Fernando Quiroz.

La Cátedra de Psicología Jurídica y la Asociación Venezolana de Psicología Judicial con el patrocinio del Decano de la Facultad de Humanidades y Educación, Profesor Benjamín Sánchez Mujica; la Coordinación del Rectorado de la UCV, bajo la dirección de la Profesora Josefina Bernal; la Coordinación de Extensión de la Facultad de Humanidades y Educación, bajo la Dirección de la Profesora Aura Marina Boadas y de la Dirección de la Escuela de Psicología, se realizaron las II Jornadas de Psicología Juíridica, las cuales se efectuaron los días 30 y 31 de Octubre de 2003, en el Auditorio de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela.

martes, 10 de noviembre de 2009

La mente psicopática del venezolano.

Cuando en 1961 salió de imprenta el libro Viajeros de Indias, a su autor, Francisco Herrera Luque, le llovió un caudal de críticas de todos los calibres en donde se le acusaba de arbitrario, tremendista y carente de metodología. Sin embargo, la tesis del psiquiatra y novelista caraqueño se basaba en el novedoso y arriesgado enfoque mediante el cual la sobrecarga psicopática del venezolano era fruto de la psicopatología de sus ascendientes, los viajeros de Indias.

Esta hipótesis, que no tesis, fue lo que sedujo al lector de la época y lo que convirtió a ese libro en un éxito de librerías. La capacidad de unir ciertos hechos históricos y fenómenos psicológicos de orden individual, la destrucción de algunos mitos y el descarnado realismo con que analizaba la criminalidad de la Venezuela de su tiempo, hacían de Viajeros de Indias (Alfaguara, 2009) un seductor ensayo de interpretación sociológica de nuestro país.

Apartándose del socorrido método del materialismo histórico para la comprensión de una realidad, Herrera Luque echó mano a hechos, cifras, datos, estadísticas, personajes de ficción novelesca, intuiciones y experiencias para ensamblar su corpus interpretativo de nuestra formación como pueblo y como sociedad.

A pesar de que el libro arranca con un frío análisis de los altos índices de criminalidad en la Venezuela de los sesenta, el autor prontamente revela cuál es la intención y la motivación de su ensayo, esto es: la indeseabilidad biológica que arrastra consigo el fenómeno de la conquista como posible explicación a nuestro "desequilibrio mental".

Herrera Luque, y he aquí la médula de su hipótesis, atribuye a la inmigración de origen europeo (arábigo-española) el origen de todos nuestros males. Convencido como estaba de la importancia del factor hereditario, atribuye a esa pesada carga biológica, la cual estudia profusamente, a través de hechos y testimonios históricos, la sobrecarga psicopática de los venezolanos. Tal vez otro de los méritos de Viajeros de Indias sea el esfuerzo del autor por concatenar en un todo la historia, ficciones literarias, sociología y psicología. Se trata de un trabajo de paciencia, investigación y mucha perseverancia.

Herrera Luque ofrece una valiosa contribución al proceso de formación de nuestra sociedad al hacer hincapié sobre varias circunstancias históricas no muy conocidas. Por ejemplo, a raíz de la reconquista de Granada por parte de los españoles, gran parte de la soldadesca española queda vacante y es enviada al Nuevo Mundo en plan colonizador. El carácter psicopático del soldado en general, cuando escoge la guerra como profesión, exacerba los instintos de pillaje, de destrucción, la criminalidad reprimida, la irresponsabilidad social, el sadismo, el desprecio por los trabajos manuales y las profesiones de la inteligencia. Estos son los rasgos que, en opinión de Francisco Herrera Luque, nos heredaron los conquistadores españoles y la eventual explicación del porqué somos como somos.

Lope de Aguirre, en este sentido, sería la encarnación perfecta de la teoría del psiquiatra, quien sostiene que: "Los viajeros de Indias son un fenómeno de la postguerra. La guerra invirtió los valores de la nación española, llamando hidalgos a sus asociales, y villanos a los hombres simples que amaban la paz". Los viajeros de Indias constituyeron por 300 años las raíces humanas de la clase dirigente en el Nuevo Mundo y de ese modo fundaron las normas, arquetipos, formas de relación y la escala de valores de la vida venezolana. A este grupo social, al cual Herrera Luque califica de cerrado y endogámico hasta el incesto, le debemos nuestro proceso histórico, nuestras virtudes y defectos.

Francisco Herrera Luque, psiquiatra, profesor y narrador, nació en Caracas en 1927 y murió en la misma ciudad en 1991. Es autor de una importante obra novelística que ha tenido un alto eco dentro y fuera del país. Boves, el urogallo (1972); En la casa del pez que escupe el agua (1975) y Los amos del valle (1979) son algunos de los títulos imprescindibles de este autor venezolano.

sábado, 15 de agosto de 2009

La ELP


Finalidad de la ELP

Fundada en mayo de 2000 en Madrid, la ESCUELA LACANIANA DE PSICOANÁLISIS DEL CAMPO FREUDIANO se inscribe en el movimiento de reconquista del Campo Freudiano promovido por Jacques Lacan el 21 de junio de 1964, en su Acto de fundación de la Escuela Freudiana de París (1964-1980).
La Escuela se constituye como “un organismo en el cual debe llevarse a cabo un trabajo que en el campo que Freud abrió restaure el filo cortante de la verdad, que vuelva a conducir a la praxis original que él instituyó bajo el nombre de psicoanálisis al deber que le corresponden nuestro mundo y que, mediante una crítica asidua, denuncie en él las desviaciones y los compromisos que amortiguan su progreso degradando su empleo”. “Este objetivo de trabajo es indisoluble de una formación que hay que dispensar en este Movimiento de reconquista” … “Los que vendrán a esta Escuela se comprometerán a desempeñar una tarea sometida a un control interno y externo. A cambio de ello reciben la seguridad de que no se ahorrará nada para que todo lo que hagan de válido tenga la repercusión que merece, y en el lugar que convenga”. Con la fundación de la ELP del CF, la comunidad española del Campo freudiano se dotó del instrumento más idóneo para contribuir al avance del psicoanálisis. La ELP del CF es una asociación sin ánimo de lucro, de duración indefinida, con domicilio social en Barcelona, Diagonal, 333, 3º 1ª, y cuyo ámbito de actuación es todo el territorio español. Los fines de la ELP son la promoción y el desarrollo del psicoanálisis. Tiene como objeto restaurar la verdad del psicoanálisis, transmitir su saber, ofrecerlo al control y al debate científico, y fundamentar con razones la calificación del psicoanalista. Persigue orientar a quienes quieren proseguir, en el campo abierto por Sigmund Freud, las enseñanzas del psicoanalista Jacques Lacan.
La Escuela garantiza la relación del psicoanalista con la formación que ella dispensa.

Las sedes

La Escuela ha encontrado su manera de asentarse en España distribuyendo su campo de actuación de un modo descentralizado, en Comunidades que, a su vez, comportan una o varias sedes. Actualmente existen: la Comunidad de Andalucía con sedes en Granada, Málaga y Sevilla, la Comunidad de Aragón con sede en Zaragoza, la Comunidad de Cataluña -con sedes en Barcelona y Tarragona, la Comunidad de Galicia con sedes en A Coruña y Vigo, la Comunidad de Madrid con sede en Madrid, la Comunidad del País vasco con sedes en Bilbao y San Sebastián,la Comunidad de Valencia con sede en Valencia y la Comunidad de Castilla y León.
Gran parte de la actividad de los miembros de la Escuela se desarrolla en el marco de sus comunidades. Además de cumplir con el objeto y los fines de la Escuela, se realiza un trabajo de conexión con la ciudad y de acogida de todos aquellos interesados en el psicoanálisis, que pueden pedir ser socios de sedes. En la actualidad existen un total de 200 inscritos con esa denominación. Su admisión queda a cargo de las Juntas directivas de cada Comunidad, bajo el control del Consejo de Administración de la Escuela.

Los miembros

En la actualidad la Escuela cuenta con 230 miembros. Anualmente se publica la lista en un boletín, el Anuario de la Escuela, donde consta su dirección, titulación universitaria, puesto de trabajo, etc. El miembro de la Escuela, admitido bajo la responsabilidad del Consejo de Administración de la Escuela, del Consejo de la EEP y del Consejo de la AMP, puede declarar que en su práctica ejerce la función de analista. En este caso se inscribe en el Anuario con la mención AP (analista practicante). La Escuela reconoce dos grados en el seno de sus miembros: Analista Miembro de la Escuela: concedido por la Comisión de la Garantía que garantiza y reconoce su formación en la Escuela. Es un titulo permanente y se inscribe en el Anuario con la mención AME. Analista de la Escuela: concedido por tres años a aquellos que, por medio del llamado “Procedimiento del Pase” a cargo de la Comisión del Pase, son juzgados como susceptibles de testimoniar de los problemas cruciales del psicoanálisis. Se inscribe en el Anuario con la mención AE. El sentido y el valor de estos títulos y su denominación están explicitados en la “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela”, de Jacques Lacan.

La AMP

En febrero de 1992, J.-A. Miller promueve el Pacto de París con el que se crea la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). El objetivo es el de reunir las diferentes escuelas que se han ido fundando a lo largo de estos años en diferentes países de Europa y de América e impulsar la creación de otras nuevas. Actualmente, la AMP cuenta con ocho escuelas, a título de miembros institucionales:
La École de la Cause Freudienne (ECF), en Francia, fundada en enero de 1981.
La École Européenne de Psychanalyse (EEP), fundada en septiembre de 1990, referente de varios países europeos y que cuenta con tres secciones:
La Escuela Lacaniana de Psicoanálisis del Campo Freudiano (ELP), en España, fundada en mayo de 2000.
La Scuola Lacaniana di Psicoanalisi del Campo Freudiano (SLP), en Italia, fundada en mayo de 2002.
La New Lacanian School (NLS), primera escuela de habla inglesa, fundada en mayo de 2003.
La Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL), en Argentina, fundada en enero de 1992 paralelamente a la creación de la AMP.
La Escola Brasileira de Psicanalise (EBP), en Brasil, fundada en abril de 1995.
La Nueva Escuela Lacaniana (NEL), que comprende Perú, Ecuador, Venezuela, Cuba, Colombia y Miami, fundada en julio de 2000.
Todos los miembros de las escuelas son a su vez miembros de la AMP. En la actualidad suman ya 1.285 miembros.

Las instancias

Si bien la ELP se distribuye en Comunidades y Sedes, su unicidad le viene dada por las instancias de la Escuela: un Presidente, un Directorio y un Consejo de administración elegidos por su Asamblea cada dos años. Más allá de lo exigido por la ley de asociaciones, la Escuela se rige por el principio de permutación, lo que significa que cualquier miembro es susceptible de ocupar un lugar en la jerarquía. Para ello los Estatutos de la asociación contemplan un reglamento ad-hoc. Las Comunidades y Sedes participan de ese principio y cada dos años renuevan también sus Juntas directivas.
La ELP mantiene por estatutos vínculos asociativos con la EEP, con el Comité asesor de la AMP, con la Fundación del Campo Freudiano y con el Instituto del Campo Freudiano, instancias que participan activamente en el desarrollo de sus fines y objetivos.

Fuente: www .elp-debates.com/historia.html


viernes, 7 de agosto de 2009

Formación del psicólogo a nivel de pregrado y postgrado.


La formación del psicólogo a nivel de pregrado:

En Venezuela existen 27 universidades y sólo en tres se ofrece la carrera de psicología, una de ellas es pública (Universidad Central de Venezuela) y las otras dos son privadas (Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas y Universidad Rafael Urdaneta en Maracaibo).

En la actualidad, la Universidad Central de Venezuela ofrece un programa de estudios de 10 semestres, donde los primeros 6 forman un ciclo básico y los 4 restantes un ciclo aplicado o de pre-especialización, donde el alumno escoge seguir estudios de Psicología Clínica (Conductual o Dinámica), Psicología Escolar, Psicología Industrial, Psicología Social o Asesoramiento Psicológico. En sus 34 años de actividades esta Universidad ha formado 3.631 psicólogos. En los últimos cinco años el promedio de egresados por año se ubica en 128.

Por su parte, la Universidad Católica Andrés Bello ofrece un régimen de estudios anual, con cinco años de duración y la formación de un psicólogo general; de sus aulas han egresado 1.775 psicólogos. Similar plan de estudios ofrece la Universidad Rafael Urdaneta, fundada en 1978 y con un promedio anual de egresados de 28 profesionales, siendo su primera promoción en el año 1.983.

La formación del psicólogo a nivel de postgrado:

En Venezuela, los estudios de cuarto nivel en psicología tuvieron un inicio un tanto irregular. Estos comienzan con el año 1960 con dos postgrados: Psicología Clínica y Psicología Escolar, los cuales tuvieron una corta duración. En 1.965 en el Instituto Pedagógico de Caracas (hoy Universidad Pedagógica Experimental Libertador) se ofrece una Maestría en Orientación que todavía se sigue dictando. En 1976 vuelven a surgir los estudios de postgrado en Psicología en la Universidad Central y se ofrecen las Maestrías de Dinámica de Grupos (posteriormente, esta Maestría se convierte en Curso de Especialización), Metodología, Análisis Experimental de la Conducta y Psicología Social. Posteriormente, en 1981 se abre la Maestría en Psicología de la Instrucción, en 1986 la Maestría en Desarrollo Humano y recientemente la Especialización en Psicología Clínica, todos con una duración de cuatro semestres y el requisito de un trabajo de grado. En 1.989 se inicia el Programa Doctoral de Psicología en esta Universidad, que tiene una duración de 4 años.

En la Universidad Católica Andrés Bello, como lo señala Gómez Alvarez (1981), los cursos de postgrado se iniciaron en 1963 en las áreas de Psicología Clínica y Orientación Psicológica y se extendieron hasta el año 1971, allí se suspenden hasta inicios de los noventa donde se abren dos Maestrías.

A comienzos de la década del 70, la Universidad Simón Bolívar (Universidad pública y sin estudios de pregrado en psicología) inicia sus cursos de Postgrado en Psicología, ofreciendo en la actualidad dos Especializaciones y una Maestría.

A principio de los noventa, la Universidad Rafael Urdaneta comienza a ofrecer Maestrías en las áreas de Retardo Mental y Psicología Clínica. (Cuadro Nº 1).

Pero la formación a nivel de postgrado no ha sido tarea exclusiva de las Instituciones Universitarias, organismos oficiales como el Ministerio de Sanidad han promovido la formación del psicólogo y actualmente este organismo avala cursos de especialización en Psicología Clínica en los servicios de psiquiatría de cuatro hospitales de Caracas.

A nivel privado, diversos grupos profesionales ofrecen cursos de formación (Análisis Transaccional, Gestalt, Bioenergética, Programación Neurolingüística, etc.) que complementan la formación de los psicólogos en el país.

sábado, 25 de julio de 2009

Especialistas estiman 19.000 homicidios en Venezuela

En el marco del Primer Congreso de la Liga Antiviolencia “De la Comprensión a la Resolución”, Roberto Briceño León, director del Observatorio de Violencia señaló que durante el primer trimestre de este año se han contabilizado 1.097 homicidios más comparado a los del 2008.

León manifestó que los homicidios están ocupando las primeras causas de mortalidad, por encima de los accidentes, muertes por cáncer o infarto, en las estadísticas.

En este sentido, dijo que las universidades nacionales estarían dispuestas a dar apoyo a las alcaldías, gobernaciones y al Gobierno nacional, para detener el incremento de los homicidios y regresar a la tasa que teníamos hace 20 años. En torno a ello, ejemplificó que aun cuando Colombia era el país más violento de América Latina, ahora Caracas es 6 veces más violenta que Bogotá y 3 veces más violenta que Medellín y que ciudades como Sao Paulo en Brasil, que tienen el doble de habitantes de Venezuela, tienen la mitad de los homicidios que ocurren en nuestro país.

“Esto es producto del odio creado en Venezuela y la carencia de normas de respeto por la vida. Aquí la violencia no es una lucha de clase, aquí hay pobres matando pobres”, indicó.
Por su parte, el doctor Oscar Doval, presidente de la Liga Antiviolencia ONG destacó que la gran conclusión del Congreso es que la violencia no se puede seguir viendo desde un sola óptica y que este flagelo tiene que abordarse desde el punto de vista biológico, psicológico, cultural, político y económico. Es necesario, insistió, crear una cultura de paz, para que podamos ver resultados en los próximos 10 ó 15 años.

NUEVE DE CADA DIEZ

9 de cada 10 venezolano está sometido a algún tipo de violencia verbal o física desde que inician el día, en cualquiera de sus actividades diarias, bien sea en el trabajo, el estudio, mientras maneja, toma un transporte público, hace compras, entre otros.

José Miguel López, psiquiatra y criminólogo, que integra la junta directiva de la Liga Antiviolencia, advierte que el país experimenta una nueva escalada de comportamiento violento, que va desde los delitos de poca monta como comerse una luz roja hasta los grandes delitos de corrupción y asesinatos.

“La violencia que se está viendo hoy día, es una violencia consciente y fríamente calculada. Se está convirtiendo en un estilo de vida. Ya no es un fenómeno para robar o para obtener ganancia, es una forma de vivir, en un sector de la población” dijo.
El especialista destaca que los discursos violentos, las trabas burocráticas, la falta de recursos y otra serie de situaciones, generan una presión de tal forma que llevan a las personas, a ser intolerantes y tener respuestas violentas.

EN DETALLES

La Liga Antiviolencia está conformada por un equipo multidisciplinario, integrado por médicos psiquiatras, psicólogos, sociólogos y educadores. En el Congreso se abordaron las clasificaciones de la violencia y epidemiología nacional e internacional; violencia y enfermedad mental; violencia y sociedad; violencia penitenciaria; en la esfera laboral y académica, entre otros.

En el congreso intervinieron, Alberto Vollmer, líder del proyecto Alcatraz; Alexandra Belandria, conductora del Programa Alerta RCTV; Dilia Parra, profesora Derechos Humanos UCV; Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de la Violencia; padre Alejandro Moreno, director del Centro de Estudios Populares Don Bosco; Elio Gómez Grillo, abogado criminólogo.

viernes, 17 de julio de 2009

Violencia intrafamiliar: un dano incalculables consecuencias.

La violencia intrafamiliar se suscita dentro de una asociación humana que, por naturaleza, debiera ser una comunidad armónica de vida, ya que ésta ocurre dentro del grupo familiar y es allí donde debe generarse el desarrollo integral de la personalidad de sus miembros y la solidaridad entre los mismos y no porque así lo señalen normas, sino porque es lo más importante que debiera ocurrir en el seno de un hogar.

Sin embargo, no sucede así en todos los casos. Hoy, es de tal magnitud la violencia que ha sido considerada como un problema de salud pública, por cuanto produce un impacto negativo importante sobre la salud, la morbilidad y la mortalidad, principalmente de mujeres.

Las investigaciones sobre este tema demuestran que existe una evolución creciente de asesinatos provocados por algún miembro del grupo familiar, especialmente por los maridos, exmaridos, concubinos o exconcubinos de la mujer, y, en algunos casos hasta por el padre o un hermano. Porque es que es la mujer la que sufre las peores agresiones, basta sólo con dar una ojeada a lo que ocurre en países en los cuales la mujer no puede ejercer sus derechos, no le es permitido ni siquiera salir de su casa, y si debe hacerlo debe ir con su rostro cubierto y acompañada de un hombre de su entorno familiar, no puede estudiar y menos aún trabajar fuera de su casa.

Lo más grave de este flagelo es que la gran mayoría de las mujeres no denuncia el hecho y si lo hace, luego regresa arrepentida o amenazada y retira la denuncia presentada. Pero es que luego es tarde, ni siquiera puede manifestar ante la autoridad lo ocurrido: ya perdió la vida a manos de su agresor.

Palabras clave:

Violencia intrafamiliar, violencia de género, denuncia, grupo familiar, daños físicos, trastornos psicológicos, agresiones.

jueves, 9 de julio de 2009

Contra el estigma de la locura: "La esquizofrenia se combate con información" (II)

Florimar Pinto, médico del Hospital Psiquiátrico Dr. Luís Daniel Beauperthuy, en Maturín, estado Monagas, ofrece una visión médica acerca del abordaje de la esquizofrenia y su diagnóstico. Afirma que cuando una persona conoce más de la enfermedad mental, "aprende a manejarla mejor, al menos en su contexto".

Florimar Pinto, médico del Hospital Psiquiátrico Dr. Luís Daniel Beauperthuy, en Maturín, estado Monagas, ofrece una visión médica acerca del abordaje de la esquizofrenia y su diagnóstico. Afirma que cuando una persona conoce más de la enfermedad mental, "aprende a manejarla mejor, al menos en su contexto".

En el postgrado de psiquiatría de la Universidad de los Andes, “la principal herramienta” que les dan a los psiquiatras en formación “es la que se avoca a la terapia breve intensiva de urgencia para los pacientes psicóticos; la depresión paterna también dispararía llanto excesivo en bebés,
La cafeína podría revertir el Alzheimer y Rastrean bases genéticas de alteraciones mentales.

“En Venezuela la salud mental debería ser una prioridad”

Realizarán simposio para ofrecer una visión actual sobre autismo.
En un artículo anterior referido a este tema titulado “Contra el estigma de la locura: Esquizofrenia (I)”, se presentó de forma panorámica algunas de las razones por las cuales la esquizofrenia constituye una de las enfermedades más estigmantizantes de la actualidad, no sólo para quienes la padecen, sino para quienes son responsables de su cuidado. Es importante recordar que el papel de los medios de comunicación y la desinformación son los principales promotores que alimentan el estigma de la locura, entendida esta como una incomprensión –producto del desconocimiento de quienes padecen esquizofrenia u otro trastorno mental pero, más que la indiferencia hacia estas personas, el daño directo viene por su calificación, o debería decir mejor descalificación, producto de la etiqueta de trastorno mental que se le adjudica a quienes sufren este embate.

Los resultados del estigma son desastrosos para quienes deben soportarlo, desde la exclusión social hasta la humillación, como ejemplo el modelo de reclusión psiquiátrico que, como una especie de cárcel, “recluye” a aquellos que se consideran “fuera de la norma”. Los esquizofrénicos no tienen grandes defensores más que sus médicos tratantes, los psiquiatras, los familiares y cuidadores y las organizaciones muchas veces integradas por esos mismos familiares que se ocupan de su tratamiento, pero más que eso, de su inclusión, para hacer de su vida más llevadera y menos dolorosa, aunque eso implique soportar en muchas ocasiones la indiferencia social.

Se señaló también en el artículo anterior que la esquizofrenia es la tercera enfermedad más investigada después del SIDA y del cáncer, pues su causa, a pesar de los grandes avances de la tecnología en el área de la medicina, no está clara aún y sigue siendo un misterio para los involucrados en el diagnóstico del trastorno. Psicólogos, psiquiatras, neurólogos y demás profesionales relacionados con la salud mental coinciden en que este padecimiento es multifactorial.

Sobre este trastorno hay varias visiones:

La del que padece la enfermedad, la del que la trata y la de quienes cuidan al paciente. En esta ocasión, realizamos una entrevista a una psiquiatra, Florimar Pinto, médico que labora en el Hospital Psiquiátrico Dr. Luís Daniel Beauperthuy, en Maturín, estado Monagas.

Esquizofrenia:

Limitación, genialidad y dolor La galeno comienza por definir la esquizofrenia como la “enfermedad emblemática de los trastornos mentales, dentro de los trastornos psicóticos, que son aquellos que desconectan a la persona de la realidad” y agrega que “todo lo que tiene que ver con la enfermedad mental y con la esquizofrenia, se expresa principalmente a nivel de la conducta”, es decir, “todos aquellos comportamientos que se salen de la norma sugieren que hay un cambio y que puede tratarse de una enfermedad mental”.

En ese orden, la psiquiatra sostiene que, aunque la esquizofrenia se considera como una “enfermedad limitante desde el punto de vista social”, a veces “hay pacientes esquizofrénicos que nos sorprenden con su rico mundo interior, producto de sus propios delirios”, como ejemplo famosos artistas que han hecho historia y han padecido esquizofrenia: Marilyn Monroe (1926-1962), cuya madre, Gladys Baker, fue diagnosticada con esquizofrenia; Van Goh, destacado pintor neerlandés del finales XVIII y el reconocido Premio Nobel de Economía 1994, John Nash, quien fue conocido por el mundo entero gracias a la película “Una mente brillante”, dirigida por Ron Howard y ganadora del Premio Oscar en 2001.

“La esquizofrenia es una enfermedad dolorosa, sobre todo para los familiares, y no es que para el paciente no lo sea, porque él siente y es quien padece la enfermedad, pero muchas veces está en su delirio, en su mundo que lo protege de una realidad que puede ser más dura”, sostiene la especialista. Normalidad, contexto cultural y criterios médicos Pinto explica que el criterio de normalidad que manejan los psiquiatras no se refiere a una definición rígida o estándar de lo que es “normal”, restringida a criterios médicos, sino que “tiene que ver con el contexto cultural”, es decir, la sociedad sus prácticas son la referencia para “medir la normalidad” de una persona o un conjunto de ellas dentro de un grupo más grande, por eso la esquizofrenia “hay que estudiarla en todo su contexto y en toda su amplitud”, puntualiza la psiquiatra. Sin embargo, señala que existen unos criterios que son los mismos en cualquier parte del mundo para diagnosticar la esquizofrenia y cualquier otra enfermedad mental.

El documento que recoge todos esos criterios se denomina Manual de Clasificación, décima edición, (CIE-10), elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). También existe un documento similar, elaborado por la Asociación Psiquiátrica de los Estados Unidos, llamado Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM, pero el primero es el que se usa en Venezuela y es el que manda el Ministerio del Poder Popular para la Salud. “Hay varias hipótesis sobre la enfermedad” Sobre la esquizofrenia “todavía hay mucho que estudiar y mucho que descubrir porque no se ha llegado a una conclusión”, refiere la médico. “Hay hipótesis sobre la dopamina, las hormonas y virus”, agrega.

La médico asume una postura y señala que “la esquizofrenia es multifactorial, hay una predisposición heredable”. Tratamiento farmacológico y psicoterapéutico se complementan “Actualmente hay un enfoque que se avoca a la parte farmacológica, pero el aspecto psicoterapéutico también ha ido cobrando auge en los últimos años”, afirma Pinto y aclara que “ya no se considera descabellado hacer psicoterapia con un psicótico, solo hay que tener mucho cuidado con la selección y saber muy bien qué tipo de psicoterapia se escoge y para cuál paciente”. En ese sentido, comenta que en el postgrado de piquiatría de la Universidad de los Andes, “la principal herramienta” que les dan a los psiquiatras en formación “es la que se avoca a la terapia breve intensiva de urgencia para los pacientes psicóticos”.

Añadió que el tratamiento farmacológico y el psicoterapéutico “no están reñidos, sino que son herramientas complementarias”, aunque hay psiquiatras que “están más orientados a una o a otra”, pero enfatizó que “dentro de la medicina, el psiquiatra es uno de los profesionales más humanos”.

Finalmente, la psiquiatra insistió en que “el estigma de la esquizofrenia se combate con información”, porque “cuando una persona conoce más la evolución y las causas de una enfermedad, aprende a manejarla mejor al menos en su contexto” y además “está más preparada para saber lo que viene”. En ese sentido, Pinto hizo el llamado a los familiares con pacientes que padecen esquizofrenia u otro trastorno mental y público en general “para que no tengan temor a preguntar, que asistan a un psicólogo o a un psiquiatra, porque la enfermedad mental realmente está a la vuelta de la esquina y no sabemos cuándo nos va a tocar”.

miércoles, 24 de junio de 2009

Historia de la psicología


Los estudios de Psicología y el conocimiento y diferenciación de los fenómenos o hechos psicológicos son tan remotos como el origen de la ciencia en general. En su más antigua acepción, la Psicología como tratado del alma, existe desde que la humanidad comenzó a hacer filosofía y ciencia.

La Psicología más general, llamada después Psicología filosófica o Psicología metafísica (o también Psicología racional por algunos, pero que no se debe confundir con Psicología racionalista), se desarrolla desde el siglo V a. C. hasta nuestros días, y abarca desde los estudios de los helénicos sobre el alma y la famosa tipología de Hipócrates de Quios hasta Kant, precursor de alguna manera de la Psicología de la forma, y hasta otros muchos posteriores, pasando por S. Agustín, S. Tomás de Aquino, etc.

Durante la primera etapa de su desarrollo, la Psicología aparece sometida a la concepción general del Universo. Sólo poco a poco logra precisión, se purifica con S. Tomás y otros, y se va introduciendo no sólo la observación sino también la experimentación (ya en el s. XIX), haciendo de ella una disciplina diferenciada, con un objeto delimitado, que se aborda ya empíricamente, ya experimentalmente, o ya filosóficamente o en su conjunto con la visión de generalidad propia del método filosófico, visión en la que confluyen las observaciones o estudios particulares propios de los métodos empíricos y experimentales.

Sócrates y Platón plantearon el problema del ser humano y de su vida anímica. Mundo sensible y mundo inteligible eran considerados en términos de lejanía y es precisamente el alma quien establece el lazo de unión entre el auténtico ser y el engañoso mundo de lo sensible.

Con Aristóteles se funda la Psicología como ciencia filosófica, y se llega a conocimientos que permanecen válidos, como pueden ser: el problema relativo al modo de conocimiento o la distinción entre las vidas vegetativa, sensible, y racional.

Su tratado Peri Psichés (Sobre el alma) constituye una verdadera investigación científico-natural de los procesos biopsíquicos, aunque, como era inevitable en las especulaciones de la época, intervengan elementos que no proceden de la experiencia directa, o que dependen de una peculiar concepción del Universo.

Resumiremos brevemente el pensamiento de Aristóteles: «psique» se identifica con «vida», pues atribuimos vida a un ser cuando algunos de estos procesos tiene lugar en él: razonar, percibir, movimiento y quiescencia en un lugar, movimiento vegetativo, p. ej. respiración, pulso, digestión, crecimiento. Se dan tres niveles de lo anímico: el vegetativo, el sensorial y el racional. De la percepción y la representación se origina la tendencia, pues donde hay percepción hay también placer y dolor, y donde éstos existen se da necesariamente el deseo.

Los estudios de Aristóteles influyen decisivamente en la tradición filosófica posterior. Al traducirse sus escritos y sus comentarios al árabe y de éste al latín medieval, a partir del comienzo del s. XIII, los estudios psicológicos son sintetizados por los autores de este siglo.

De todas estas síntesis, la que ha persistido en la Psicología moderna es la de S. Tomás de Aquino, que esencialmente distingue cuatro modos de relacionarse el humano con el mundo, correspondientes a las cuatro potencias del alma: vegetativa, sensitiva, intelectiva y apetitiva. En esta distinción, S. Tomás concede una atención y trato especial al ser humano.

De la humanidad es característica, esencial y exclusiva, la potencia intelectiva de razonar y la de querer libremente la irrupción del alma en el cuerpo humano por obra de Dios. Por tanto, como el ser humano solamente por el entendimiento y la voluntad libre puede llegar a Dios, S. Tomás estudia especialmente como humano su alma intelectiva, dedicando apenas atención al componente del mecanismo animal del humano en favor del estudio de la facultad superior. Esta postura tradicional, o esta atención fundamental a lo más específico humano, sigue teniendo su influencia activa en la Psicología moderna en muchos autores, entre los que citemos a V. Frankl y R. Jolivet (1891-1966).

Pero, como señalábamos anteriormente, del estudio puramente metafísico o filosófico de la Psicología, se va llegando poco a poco a un intentar reconstruir la síntesis general o filosófica con la mirada puesta en estudios particulares de tipo empírico, como vemos en Descartes. Éste considera a la realidad compuesta de dos especies fundamentales: la extensa y la pensante, la primera regida por un puro mecanicismo y la segunda por la libertad; pero no consigue conectarlas bien, derivando de él racionalismos materialistas o espiritualistas según que diversos autores otorguen primacía a una u otra realidad.

Christian Wolff fue el primero que, sistematizando el racionalismo de Leibniz, distinguió entre Psicología empírica y Psicología racional, continuando así la desconexión racionalista; y de esa síntesis wolffiana arranca Kant para elaborar su discutido pensamiento.

Empirismo y asociacionismo

En el s. XVIII la Psicología que se estudia se aparta cada vez más de la Metafísica, y continuando en el racionalismo, postula una base que intenta ser más científica: la de no aceptar nada que no proceda de la experiencia sensible. El hombre, así, es considerado esencialmente como cuerpo (como realidad extensa); y entonces entre animal y hombre no habría más que una diferencia de grado; el obrar humano sería resultado únicamente de un juego de fuerzas, estímulos sensibles y reacciones de los sentidos. Ésta es la postura del empirismo.

Al empirismo ya no le interesa tanto la esencia del alma, sino sus manifestaciones y éstas centradas en un conocimiento a través de la experiencia (Bacon) y experiencia sensible (Hobbes). Locke hace la distinción entre experiencia interna (reflexión) y experiencia externa (sensación). Su contribución más importante a la Psicología reside en que hizo explícitas las posibilidades de una teoría de la asociación, que debía empezar con los datos de la experiencia y elaborar las leyes que rigen las interrelaciones y sucesiones de unas experiencias con otras; el germen del asociacionismo ya era evidente en la obra de Hobbes, la cual a su vez tiene antecedentes en Aristóteles.

La exposición de Locke de las consecuencias del empirismo y de la posibilidad, mediante el análisis, de comprender el origen y organización de las ideas, dotó al enfoque empírico de una mayor difusión y fortaleza.

Posteriormente, G. Berkeley utilizó el concepto de «cualidades sensoriales» y se convirtió en uno de los fundadores de la teoría de la asociación. Pero David Hume matiza mejor los términos: sensación, representación e idea; las sensaciones son experiencias primarias capaces de dejar una huella en la memoria y volver a presentársenos como representaciones; estas representaciones son paralelas a las sensaciones, salvo en la parte que la fantasía o la inteligencia altera por relación con otras sensaciones; estas alteraciones pueden ser de cuatro tipos, según Hume: por semejanza, contraste, vecindad y causalidad. Lo que entendemos por ideas se apoya sobre estas representaciones, y para Hume lo único auténticamente seguro que nos acerca a la realidad serían las sensaciones.

J. F. Herbart (1776-1841) construye una Psicología Racional científica basada en una «mecánica de la conciencia», como único soporte de los fenómenos psíquicos, sobre el que va a operar el asociacionismo. F. E. Beneke (1798-1854) proclamó abiertamente que la Psicología debía ser «la ciencia natural del alma humana» y R. H. Lotze (1817-1881) intentó alcanzar una concepción psicológica que satislas ciencias naturales. Es de destacar la obra de Th. Brown (1778-1820), que procuró dar un tratamiento empírico al problema de las conexiones mentales y emprendió el análisis de los múltiples factores que determinan el curso de la asociación enunciando sus famosas «leyes secundarias», según las cuales la vida psíquica no es una simple concatenación de datos de los sentidos, sino que lo que la caracteriza es la capacidad de captar relaciones.

Sus aportaciones hicieron posible el desarrollo ulterior del asociacionismo con H. Spencer (1820-1903), A. Bainyy (1818-1903) y J. Mill (1773-1836).

Si bien la línea clásica de la teoría asociacionista ha sido desechada, el asociacionismo dio vida a muchos movimientos psicológicos; así, p. ej., inspiró gran parte de los trabajos iniciales de P. Janet, S. Freud y K. Jung; perfiló los primeros trabajos sobre las respuestas condicionadas; y sirvió de guía a los estudios sobre el aprendizaje efectuados por E. Thorndike y H. Ebbinghaus.

Comienzo de la Psicología experimental

Gracias al enorme desarrollo de las ciencias naturales en la primera mitad del s. XIX y la aparición del método científico experimental, delimitándose del método científico filosófico, se va delimitando también el campo de lo psicológico o psíquico, como un conjunto de fenómenos peculiares, observables y estudiables empírica y experimentalmente, atendiendo sobre todo a los datos de la conciencia. Quedan así los problemas generales y el estudio de los seres sujetos de esos fenómenos en el campo más propio de la Psicología filosófica o Metafísica de los vivientes; aunque muchos no se dan cuenta de ello, y erróneamente abandonan o, mejor, pretenden abandonar la Filosofía.Pero como es imposible que el hombre abandone el conocimiento intelectual y filosófico, aparecen multitud de pseudo filosofías o pseudo metafísicas como muestra la historia del racionalismo, que interpretan muchas veces equívocamente los datos experimentales.

Con W. Wundt, creador en 1879 del primer laboratorio de Psicología experimental en la Universidad de Leipzig, la Psicología comienza a estudiarse realmente con el método científico-experimental. Los comienzos de esta Psicología tienen su base más próxima en la Psicofisiología; efectivamente, todos estos primeros psicólogos experimentales son antes que nada fisiólogos.

En sus estudios sobre la sensación y percepción, Wundt basa su análisis científico en tres principios experimentales: el principio de artificiosidad, que consiste en el poder de provocar la aparición del proceso que se trata de estudiar mediante circunstancias establecidas con anterioridad; el principio de verificabilidad de condiciones; y el principio de repetibilidad por el que cada resultado obtenido debe someterse a una revisión repitiendo las investigaciones y las condiciones en que se realizó el primer experimento. Así se introduce en líneas generales el método experimental.

Pero Wundt interpreta lo psíquico y lo físico simplemente como dos maneras diferentes de referirse a una misma realidad; así, pues, todo fenómeno pertenece tanto a la Psicología como a la Física, y no distingue los fenómenos que, aun teniendo repercusión física, son, sin embargo, algo más.

Para Wundt el fenómeno psíquico, lo anímico, tiene carácter de proceso; es decir, los contenidos de conciencia nunca son objetos constantes, sino fenómenos fugaces, que continuamente se suceden unos a otros. Por tanto, y esto es lo importante, es imposible una observación exacta no fundada en la experiencia; es, en consecuencia, absolutamente necesario un método experimental.

Lo importante no es conocer lo que el fenómeno sea en sí, sino «prever» el comportamiento de los fenómenos; verificar hechos y comprobar leyes. Todos los contenidos de conciencia están compuestos de unidades elementales: sensaciones y percepciones. Con esta restricción del campo de la conciencia (quedan excluidos otros diversos datos y elementos), Wundt basará su psicología en un estudio casi exclusivo sobre la sensación y la percepción y los problemas más directamente suscitados por estos «elementos de conciencia».

Psicología fisiológica

Como un aspecto de la Psicología en cuanto análisis experimental de los fenómenos de conciencia puede entenderse, sin duda alguna, el empeño de medir las sensaciones. Esta faceta de la Psicología experimental, cuyo estudio persiste hasta nuestros días, tuvo lugar en la llamada Psicofísica y en la Psicofisiología del s. XIX. Los autores más relevantes de este movimiento son, como corresponde al siglo, fisiólogos antes de psicólogos. Weber, Fechner y Helmholtz son los principales representantes (Psicología fisiológica).

E. H. Weber (1795-1878), que fundamentalmente era fisiólogo, trabaja con los sentidos de la vista y el tacto y emplea el tradicional concepto de umbral; para estructurar de un modo científico estas experiencias, se vio obligado a estudiar también las condiciones psicológicas indispensables para asegurar la homogeneidad de los datos. G. T. Fechner (1801-87), que no era fisiólogo sino físico, realiza su trabajo con base en la teoría weberiana. Con su maestro y dentro del campo concreto de la Psicofísica intenta unir y relacionar los fenómenos mentales (psico) y los fenómenos corporales (física).

Es decir, intenta ver la relación entre las llamadas tradicionalmente «energías psíquicas» y «energías físicas». Describe la relatividad de los fenómenos sensoriales. Y concluye con que la acción de los estímulos no es absoluta sino relativa. Sobre esta base sistematizará Wundt su Psicología científica. Siguiendo esta directriz, H. von Helmoltz (1821-94) sistematiza los conocimientos psicofisiológicos de las sensaciones auditivas y ópticas, basando su estudio en la sensación como primicia de expresión del acontecimiento psíquico.

La introspección y la escuela de Wurzburgo

El estudio de los fenómenos físicos y fisiológicos correlativos con los hechos psíquicos pronto se vio desplazado por la aplicación de la introspección al método experimental. Oswald Külpe (1862-1915), discípulo y ayudante de Wundt, presenta como medio de investigación la introspección y demuestra que es posible el estudio de los procesos psíquicos superiores de forma empírica.

Para este autor el método de la introspección es fundamental para la Psicología, hasta el punto de que constituye el instrumento principal para el estudio de la naturaleza humana; sin él la Psicología sería puramente fisiológica, y en ella se estudiarían las estructuras y funciones aisladas de la conciencia o se convertiría en Física. Por ello propugna que la introspección tiene que transformarse en un verdadero instrumento científico; es decir, tiene que ser sistemática y controlada.

Él y sus discípulos, la llamada «escuela de Wurzburgo», entre los que se encuentran N. K. Ach (1871-1946), A. W. Messer (1867-1937), K. Buhler (1879-1964), K. Marbe (1869-1953), etc., trataron de confirmar estos criterios logrando una fenomenología de la vida psíquica. A través de la teoría del pensamiento sin imágenes o de los estudios sobre la volición se llegó a la investigación de los niveles superiores del psiquismo, en un grado tal, que, como señala López Ibor, la influencia de la escuela de Wurzburgo ha sido decisiva en la evolución posterior de la Psicología. Su interés por la psicología del pensamiento y el decidido afán de orientar la investigación psicológica hacia esferas de la vida consciente distintas de las sensaciones e imágenes tienen un valor de indudable interés.

La Psicología de la forma

El fundamento científico de toda la Psicología de la forma (traducción aproximada del término alemán Gestalt), de que un todo no es igual a la suma de las partes, no es un descubrimiento de los psicólogos alemanes de principio del s. XX. Realmente, toda la filosofía que ha criticado, y que no es, en una palabra, el mecanicismo, cree y conoce ese fundamento.

El cuerpo humano para todos los filósofos, excepto los mecanicistas, es algo más que un agregado de partes; es unidad, totalidad organizada que supera la simple suma de sus partes. Sin embargo, en la Psicología experimental esta idea resulta nueva; tan nueva como que al principio la Psicología de la Gestalt fue tachada por los experimentalistas y empiristas de improcedente y revolucionaria.

La Psicología de la forma tiene sus raíces en las observaciones de algunos discípulos de Brentano, como C. Stumpf (1848-1936), A. Marty (1847-1914), A. Meinong (1853-1920) y especialmente Ch. von Ehrenfels (1859-1932): su verdadero fundador es Max Werthemeir (1880-1943) y sus más importantes representantes W. Kóhler (1887-1967), K. Koffka (1886-1941) y K. Lewin.

Los gestaltistas no niegan de un modo absoluto el valor de las experiencias psicofísicas y psicofisiológicas, pero coinciden con la psicología comprensiva y con la fenomenología en considerar que ahí no acaba la realidad psíquica.

Por otra parte, coinciden con el conductismo en su crítica del predominio exclusivo de los métodos introspectivos, pero también acusan a los conductistas y a los reflexólogos de haberse dejado arrastrar por el método de la asociación. Von Ehrenfels se percató de que cualquier melodía era percibida por los sentidos y el psiquismo como una forma que lleva en sí un ritmo y una peculiar relación de las notas musicales que constituyen la esencia misma de esta melodía. La Gestalt de la melodía no es propiamente una sucesión de notas (composición de elementos) sino un fenómeno de la totalidad.

Los fenómenos psíquicos están estructurados de la misma manera; por complejos que sean, un dato psicológico constituye una Gestalt. Una frase, p. ej., no está constituida por una suma de letras o palabras, sino que contiene primariamente un elemento suplementario que se estructura en una forma. La publicación de Werthemeir sobre la percepción del movimiento aparente, dado a conocer en 1912, fue la primera aportación de la escuela de la Gestalt. Pero Kóhler y Koffka fueron los que elaboraron los conceptos fundamentales del gestaltismo.

La Psicología de la forma tiene, pues, su punto de partida en el estudio de la percepción, pero pronto aplicó sus principios al campo del pensamiento y de la inteligencia, al aprendizaje, memoria, evolución psíquica, conducta, etcétera.

Es decir, lo que en un principio se inició como un intento de esclarecer el problema parcial de la percepción visual, terminó por exigir una revisión integral de lo que algunos pensaban eran los principios fundamentales de la ciencia. Como hemos dicho, la Psicología de la forma se pronuncia en contra del concepto según el cual los elementos, considerados como existencias entre sí, constituyen la materia de que está formada la percepción.

En otras palabras: el elementalismo no sólo da una imagen falsa; impide además observar lo que está frente a nosotros. El error de los elementos trae como consecuencia el de las asociaciones y el análisis de la experiencia no es de ninguna manera idéntico a la experiencia original.

El conductismo no admite más que la experiencia objetivable, frente al introspeccionismo, cuyo método es una observación interna de la mente. Sin embargo, la psicología gestaltista admite de alguna manera los dos principios básicos de ambas direcciones: la conducta y la conciencia; pero no admite en modo alguno el uso exclusivo de uno de ellos como método.

En consecuencia, se erige en intermediaria y participa a la vez de la conducta y de la conciencia, de lo experimentable y de lo no experimentable.