jueves, 9 de julio de 2009

Contra el estigma de la locura: "La esquizofrenia se combate con información" (II)

Florimar Pinto, médico del Hospital Psiquiátrico Dr. Luís Daniel Beauperthuy, en Maturín, estado Monagas, ofrece una visión médica acerca del abordaje de la esquizofrenia y su diagnóstico. Afirma que cuando una persona conoce más de la enfermedad mental, "aprende a manejarla mejor, al menos en su contexto".

Florimar Pinto, médico del Hospital Psiquiátrico Dr. Luís Daniel Beauperthuy, en Maturín, estado Monagas, ofrece una visión médica acerca del abordaje de la esquizofrenia y su diagnóstico. Afirma que cuando una persona conoce más de la enfermedad mental, "aprende a manejarla mejor, al menos en su contexto".

En el postgrado de psiquiatría de la Universidad de los Andes, “la principal herramienta” que les dan a los psiquiatras en formación “es la que se avoca a la terapia breve intensiva de urgencia para los pacientes psicóticos; la depresión paterna también dispararía llanto excesivo en bebés,
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En un artículo anterior referido a este tema titulado “Contra el estigma de la locura: Esquizofrenia (I)”, se presentó de forma panorámica algunas de las razones por las cuales la esquizofrenia constituye una de las enfermedades más estigmantizantes de la actualidad, no sólo para quienes la padecen, sino para quienes son responsables de su cuidado. Es importante recordar que el papel de los medios de comunicación y la desinformación son los principales promotores que alimentan el estigma de la locura, entendida esta como una incomprensión –producto del desconocimiento de quienes padecen esquizofrenia u otro trastorno mental pero, más que la indiferencia hacia estas personas, el daño directo viene por su calificación, o debería decir mejor descalificación, producto de la etiqueta de trastorno mental que se le adjudica a quienes sufren este embate.

Los resultados del estigma son desastrosos para quienes deben soportarlo, desde la exclusión social hasta la humillación, como ejemplo el modelo de reclusión psiquiátrico que, como una especie de cárcel, “recluye” a aquellos que se consideran “fuera de la norma”. Los esquizofrénicos no tienen grandes defensores más que sus médicos tratantes, los psiquiatras, los familiares y cuidadores y las organizaciones muchas veces integradas por esos mismos familiares que se ocupan de su tratamiento, pero más que eso, de su inclusión, para hacer de su vida más llevadera y menos dolorosa, aunque eso implique soportar en muchas ocasiones la indiferencia social.

Se señaló también en el artículo anterior que la esquizofrenia es la tercera enfermedad más investigada después del SIDA y del cáncer, pues su causa, a pesar de los grandes avances de la tecnología en el área de la medicina, no está clara aún y sigue siendo un misterio para los involucrados en el diagnóstico del trastorno. Psicólogos, psiquiatras, neurólogos y demás profesionales relacionados con la salud mental coinciden en que este padecimiento es multifactorial.

Sobre este trastorno hay varias visiones:

La del que padece la enfermedad, la del que la trata y la de quienes cuidan al paciente. En esta ocasión, realizamos una entrevista a una psiquiatra, Florimar Pinto, médico que labora en el Hospital Psiquiátrico Dr. Luís Daniel Beauperthuy, en Maturín, estado Monagas.

Esquizofrenia:

Limitación, genialidad y dolor La galeno comienza por definir la esquizofrenia como la “enfermedad emblemática de los trastornos mentales, dentro de los trastornos psicóticos, que son aquellos que desconectan a la persona de la realidad” y agrega que “todo lo que tiene que ver con la enfermedad mental y con la esquizofrenia, se expresa principalmente a nivel de la conducta”, es decir, “todos aquellos comportamientos que se salen de la norma sugieren que hay un cambio y que puede tratarse de una enfermedad mental”.

En ese orden, la psiquiatra sostiene que, aunque la esquizofrenia se considera como una “enfermedad limitante desde el punto de vista social”, a veces “hay pacientes esquizofrénicos que nos sorprenden con su rico mundo interior, producto de sus propios delirios”, como ejemplo famosos artistas que han hecho historia y han padecido esquizofrenia: Marilyn Monroe (1926-1962), cuya madre, Gladys Baker, fue diagnosticada con esquizofrenia; Van Goh, destacado pintor neerlandés del finales XVIII y el reconocido Premio Nobel de Economía 1994, John Nash, quien fue conocido por el mundo entero gracias a la película “Una mente brillante”, dirigida por Ron Howard y ganadora del Premio Oscar en 2001.

“La esquizofrenia es una enfermedad dolorosa, sobre todo para los familiares, y no es que para el paciente no lo sea, porque él siente y es quien padece la enfermedad, pero muchas veces está en su delirio, en su mundo que lo protege de una realidad que puede ser más dura”, sostiene la especialista. Normalidad, contexto cultural y criterios médicos Pinto explica que el criterio de normalidad que manejan los psiquiatras no se refiere a una definición rígida o estándar de lo que es “normal”, restringida a criterios médicos, sino que “tiene que ver con el contexto cultural”, es decir, la sociedad sus prácticas son la referencia para “medir la normalidad” de una persona o un conjunto de ellas dentro de un grupo más grande, por eso la esquizofrenia “hay que estudiarla en todo su contexto y en toda su amplitud”, puntualiza la psiquiatra. Sin embargo, señala que existen unos criterios que son los mismos en cualquier parte del mundo para diagnosticar la esquizofrenia y cualquier otra enfermedad mental.

El documento que recoge todos esos criterios se denomina Manual de Clasificación, décima edición, (CIE-10), elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). También existe un documento similar, elaborado por la Asociación Psiquiátrica de los Estados Unidos, llamado Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM, pero el primero es el que se usa en Venezuela y es el que manda el Ministerio del Poder Popular para la Salud. “Hay varias hipótesis sobre la enfermedad” Sobre la esquizofrenia “todavía hay mucho que estudiar y mucho que descubrir porque no se ha llegado a una conclusión”, refiere la médico. “Hay hipótesis sobre la dopamina, las hormonas y virus”, agrega.

La médico asume una postura y señala que “la esquizofrenia es multifactorial, hay una predisposición heredable”. Tratamiento farmacológico y psicoterapéutico se complementan “Actualmente hay un enfoque que se avoca a la parte farmacológica, pero el aspecto psicoterapéutico también ha ido cobrando auge en los últimos años”, afirma Pinto y aclara que “ya no se considera descabellado hacer psicoterapia con un psicótico, solo hay que tener mucho cuidado con la selección y saber muy bien qué tipo de psicoterapia se escoge y para cuál paciente”. En ese sentido, comenta que en el postgrado de piquiatría de la Universidad de los Andes, “la principal herramienta” que les dan a los psiquiatras en formación “es la que se avoca a la terapia breve intensiva de urgencia para los pacientes psicóticos”.

Añadió que el tratamiento farmacológico y el psicoterapéutico “no están reñidos, sino que son herramientas complementarias”, aunque hay psiquiatras que “están más orientados a una o a otra”, pero enfatizó que “dentro de la medicina, el psiquiatra es uno de los profesionales más humanos”.

Finalmente, la psiquiatra insistió en que “el estigma de la esquizofrenia se combate con información”, porque “cuando una persona conoce más la evolución y las causas de una enfermedad, aprende a manejarla mejor al menos en su contexto” y además “está más preparada para saber lo que viene”. En ese sentido, Pinto hizo el llamado a los familiares con pacientes que padecen esquizofrenia u otro trastorno mental y público en general “para que no tengan temor a preguntar, que asistan a un psicólogo o a un psiquiatra, porque la enfermedad mental realmente está a la vuelta de la esquina y no sabemos cuándo nos va a tocar”.